Reseña: Bajo esquirlas de hielo, de Sheila Carnero

• Título: Bajo esquirlas de hielo
• Autora: Sheila Carnero
• Editorial: Roomie Ediciones
• Año: 2021
• Género: Fantasía
• Precio: 16,65 € (papel) / 3,99 € (digital)

ficha de bajo esquirlas de hielo en goodreads

¿Qué queda ahora de la naturaleza mágica que otorgaba dones increíbles a los seres humanos? Los hechiceros han desaparecido solo porque nosotros lo hemos permitido; los hemos sepultado bajo una falsa capa de inutilidad. Creemos que ya no los necesitamos, pero la realidad es que son más indispensables que nunca.

Bajo esquirlas de hielo

¡Buenos días y bienvenidos una vez más al blog! Después de un par de semanas sin publicar reseñas, aquí os traigo una nueva. Tenía pensado publicarla antes pero al final he tardado más de lo que creía en leer esta novela, no porque se me hubiera hecho lenta o pesada (al revés), pero es verdad que he estado muy liada con las correcciones de la novela en la que estoy trabajando ahora y muchas veces lo único que me apetecía era descansar el cerebro con algo que no fuera leer, así que he estado muchos días sin hacerlo.

La novela que os traigo hoy es la primera novela de fantasía de la escritora nacida en Bizcaia Sheila Carnero, que además de dedicarse a la escritura ha estudiado Periodismo y tiene un Máster en Escritura Creativa. Antes de Bajo esquirlas de hielo ha participado en diversas antologías, todas salidas en el año 2020: ¿Quién está en la luna? y Ordalía (Ediciones Hati), Mentes brillantes y oscuras (Hela Ediciones) y Al atardecer en Samhain (Roomie Ediciones).

Sinopsis

Hace cincuenta años, Wermon quedó supultado bajo una capa de nieve tóxica. Desde entonces, cada persona que se adentra en el pueblo desaparece bajo extrañas circunstancias. Las leyendas urbanas hablan de monstruos de escarcha y hechiceros enloquecidos, pero nadie ha sido capaz de desvelar el misterio.
Tayllon trabaja como becario en la Gaceta La Era y es un ferviente defensor de la magia; Riaza es reportera en Nuevas de Kimber y todo lo que ansía es descubrir la verdad.
El aniversario de lo que ahora se conoce como la Gran Nevada arrastrará a los dos periodistas al norte para cubrir la noticia. Juntos se enfrentarán al reportaje más difícil de sus carreras, aunque eso signifique poner en peligro sus vidas y sus secretos.

Análisis

La sinopsis explica muy bien la premisa de la novela: Tayllon y Riaza, dos periodistas de dos periódicos diferentes, que ni siquiera se conocen entre ellos, han sido elegidos para ir a cubrir un reportaje en un lugar donde nadie quiere ir: Wermon, un lugar maldito después de que, cincuenta años atrás, sufriera una catástrofe (algunos dicen que natural, otros que mágica). La cuestión es que desde entonces todo aquel que se acerca a la ciudad desaparece sin dejar rastro y nadie sabe el motivo. Este será el principio de una serie de acontecimientos en los que el lector, obviamente, conocerá qué se oculta tras el desastre ocurrido cincuenta años atrás.

El misterio de lo desconocido

La historia sabe jugar muy bien con eso, porque desde el primer momento sabemos que algo ocurrió en Wermon, algo horrible que no deja de encontrar paralelismos con algunos desastres y eventos ocurridos en nuestro propio planeta: Chernobyl es el primero que me viene a la mente. Igual que ocurre aquí, hay turistas y personas que se aventuran a acercarse a la ciudad maldita desoyendo los consejos y las advertencias del peligro que subyace en ella impulsados por ese morbo de estar en un lugar maldito, un lugar peligroso, un lugar donde los ecos de la tragedia todavía retumban en las calles. El hecho de no saber qué fue lo que ocurrió con exactitud, ese misterio de lo desconocido, hace que muchas personas, sobre todo turistas de otros países, se acerquen demasiado a Wermon y, por algún motivo, acaben desaparecidas, y ni siquiera se sepa si están vivas o muertas. En cuanto nos vamos adentrando más en la historia, nuestra curiosidad por saber lo que ocurrió hace cincuenta años en Wermon también va aumentando. Y aunque esta verdad se revelará no demasiado tarde, hay otras cuestiones que la historia oculta que el lector podrá intuir más o menos, pero no llegará a saber hasta cerca del final.

En ese sentido, la historia puede parecer algo previsible porque en realidad no hay grandes plot twists ni sorpresas realmente imprevistas en la trama, pero de todos modos se disfruta. La historia entretiene, resulta interesante incluso cuando ya sabes qué es lo que ha pasado aquí, porque quieres saber cómo los protagonistas van a salir de esa situación (si es que salen).

Como la noche y el día

Sin duda el punto fuerte de la novela, al menos a mí me lo ha parecido, son sus dos protagonistas. Tayllon y Riaza no pueden ser más opuestos: él es sumiso, obediente, algo cobarde, se conforma con poco. Va a Wermon por obligación, y su intención es hacer el reportaje que le han mandado y volver a casa sin más problemas. Riaza, en cambio, es atrevida, impulsiva, tal vez demasiado, pues da la impresión de que a veces no piensa las cosas. De hecho, ella quiere ir a Wermon, se ofrece voluntaria cuando nadie más quiere. Porque es impulsiva pero también porque tiene un motivo oculto, algo que esconde y que el lector no averigua hasta algo más adelante en la novela (así que no lo mencionaré aquí para evitar spoilers), pero que será fundamental para el desarrollo de la trama (y para que, al final, las cosas salgan como deberían salir).

Me ha gustado la dinámica de los dos protagonistas. Como son tan distintos, lógicamente al principio sus intereses y sus personalidades chocan. Y al principio de hecho no van a llevarse nada bien. Además, Tayllon cree en la magia y está convencido de que hubo algún tipo de componente mágico detrás de lo ocurrido en Wermon, mientras que Riaza piensa que solo fue una catástrofe natural. Estarán obligados a entenderse y a llevarse bien para salir airosos de lo que les espera, y esa evolución en su relación me ha parecido muy natural y orgánica, nada forzada.

De los dos, sin duda el que mejor me ha caído es Tayllon, es un personaje de esos que logran despertar cierto instinto protector, aunque a veces es verdad que puede resultar algo desesperante. Riaza es un personaje genial también, que al principio se nos muestra cargada de prejuicios (sobre todo con el pobre Tayllon), terca y testaruda como ella sola, pero que pese a eso (o gracias a eso) llega a caer bien al lector.

El tercer protagonista

No me refiero a Maelia, la amiga de Riaza (que es un personaje que me ha gustado también y que tiene una gran relevancia en la trama), sino al propio pueblo, a Wermon. Es en sí mismo un personaje, especialmente lo que es en el momento de la novela, en lo que se ha convertido (o lo que esconde). No puedo decir más para evitar spoilers, pero el pueblo esconde un secreto y resulta que hay «algo más» dentro. Y, unido de manera indivisible al pueblo, tenemos a ese personaje, uno de esos villanos con buenos motivos (o al menos buenos motivos según su manera de entender el mundo) pero que no distingue entre lo que está bien y lo que está mal. Lo que hace tiene un motivo, una explicación, podríamos incluso decir que está justificado en cierto modo por cómo le trataron en el pasado. Pero al final se pasa y cruza la línea.

Para amantes del frío

La ambientación y el worldbuilding de la novela me ha parecido un verdadero acierto. Realmente puedes notar el frío en sus páginas, en cada descripción, en cada movimiento de los protagonistas. La autora, además, va introduciendo el contexto y el trasfondo del mundo de los protagonistas despacio, se va mostrando poco a poco. Esto puede provocar que los primeros capítulos puedan tener un ritmo algo lento, porque se centran en presentar a los personajes y el contexto, pero en cuanto Tayllon y Riaza se juntan ya en Wermon, la acción se dispara.

Amistad ante todo

El principal tema de la novela es la amistad. La amistad que se forja entre Tayllon y Riaza, pese a sus diferencias, y la amistad entre Riaza y Maelia, una amistad pura, sin fisuras, sin prejuicios y sin secretos. Solo a través de la amistad y se superar los escollos que esta a veces presenta, los protagonistas podrán salir de la situación en la que se encuentran; y solo gracias a eso, Riaza podrá avanzar con su propio problema personal y podrá confiar en los demás y dejar de hacer las cosas por sí misma.

Magia versus tecnología

Otro de los temas principales es esa dicotomía, casi enfrentamiento, entre la magia y la tecnología. En el mundo en el que se desarrolla la novela la magia ha quedado relegada al pasado, como un elemento olvidado a favor de la tecnología. Para algunas personas eso está bien, pero otras añoran los tiempos de los hechiceros. Existe además una religión que considera la magia poco menos que un pecado. Así que nos encontramos con un contexto marcado por la discriminación hacia aquellos que son distintos, impulsada por la religión imperante y por las creencias de cada uno. La novela, bajo sus capas de (fría) fantasía, nos habla sobre el miedo al rechazo por saberse diferente y sobre la ocultación de la verdadera naturaleza de uno mismo por lo que dirán los demás. Es algo que se ve especialmente tanto en el personaje de Riaza como en el del villano, aunque ambos toman decisiones distintas sobre cómo sobrellevarlo.

El hombre de verdad creía en lo que decía y no existía ser más peligroso que aquel que se convencía de estar haciendo lo correcto a través del mal.

Bajo esquirlas de hielo

Conclusión

Bajo esquirlas de hielo es una historia muy interesante con un worldbuilding increíblemente bien trabajado, unos personajes carismáticos que es imposible que caigan mal y un ritmo muy rápido y ágil. La pluma de la autora, descriptiva pero sin excederse, permite además que las páginas se pasen volando. Una novela perfecta para leer esta época del año (sobre todo si os gusta el frío) acompañada de un café/té/chocolate bien caliente.

Puntuación

⭐⭐⭐⭐⭐

Puntuación: 4.5 de 5.